Porque eres tan tú en tus cosas… Tan loca y tan cuerda, que asustas. Quizás por eso los otros se rindieron antes que tú, por el miedo.
Te veo caminar apoyando los brazos mínimos sobre las barras que te guían. ¡Caminas y tus pies vuelan! Me sobrecoge la estampa: ¡erguida cómo ya jamás pensé verte!. Te sonrío, me sonríes; sabes que vas a llegar. Llegamos juntas.
Agarradas de las mano miramos un horizonte que ya no nos queda. Ya no quieres poesía, te desagrada escucharla de mí, porque ya no es tuya. Gritas para no oírla. No necesitas recuerdos que te atrapen, que te hieran. Necesitas soltarlos para entrar limpia a ese nuevo mundo tuyo que también a mí me duele. ¡Puto mundo lleno de pérdidas!
Solo queremos nuestro instante, y al viento que nos pasa, y nos deja entre el dolor y la calma. Y nos lleva del abandono al abrazo. Y gritas tú y grito yo con más fuerza.
Ya somos otras. Ya nos talló el olvido.